Ruta de la Feria

Con gran esfuerzo, ya que la noche anterior entre terrazas, baile y churros el que más o el que menos se acostó de madrugada, lo que se tradujo en que algunos sucumbieran, y para no perder el entusiasmo, asistimos fieles, un total de cerca de veinte ciclo-aventureros, a la llamada de celebrar la puesta del maillot y culote, con los colores y emblemas del Club, como carta de presentación en la feria de Corral de Almaguer, como no podía ser de otro modo, que en la Plaza Mayor, pero antes había que hacer honor al certamen dando una vuelta para estirar las piernas y sacar lo de la noche anterior.

Tomamos la Carretera de la Virgen para continuar por el Camino de Villacañas en dirección oeste, pedaleando por la vega del Riansares hasta llegar muy cerca del famoso Puente La Oveja, junto a las ruinas de una antigua bodega abandonada para, no más de una legua ya cerca de la carretera comarcal de Lillo a Villa de Don Fadrique, alcanzar la Vereda Real Soriana, donde giramos bruscamente en dirección norte para tomar el primer camino de la izquierda en dirección a Lillo y llegar a su Plaza Mayor donde, junto a iglesia, se encuentra el monumento al Hombre de la Zanahoria.

De nuevo al camino de regreso, esta vez decidimos no subir por el cerro de San Antón, las fuerzas nos estaban para tanto, y bordearlo por la cara norte nos llevó más lejos de lo previsto, ya que nuestro objetivo era volver por el Camino de la Guardia, pero con tal despiste alcanzamos sin darnos cuenta de bruces el Carril de la Campana, por donde pedaleando alcanzamos el Camino Guardamino cerca del Cerro Buena Vista, donde tuvimos la suerte de contemplar las hermosas avutardas a muy poca distancia del camino, que nos trajo de nuevo al pueblo, por donde paseamos en grupo por las calles principales, como si de una vuelta ciclista se tratara, para llegar al punto de concentración, la terraza de Ángel Pozana donde, una vez saciado nuestra sed, pasamos a las fotos para el recuerdo.

Un comentario en “Ruta de la Feria

  1. Comtemplar las hermosas avutardas y pasear en bici es lo que más envidia me da de este artículo.Yo también he tenido la suerte el domingo, dia de feria, por la mañana temprano en el Camino de la Puebla ,muy cerca de una casa en ruinas cuyo nombre desconozco, comtemplar a esas hermosas avutardas entre los pajones y levantar el vuelo .Siempre me sorprende como un ave tan grande es capaz de «levantar el vuelo a esa velocidad».Un poco antes un águila real se dejaba ver a pocos metros antes.
    Ir por los caminos de mi pueblo siempre me gustó, ya desde la infancia….

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